Suena un reloj, algo sutil, y una jauría en libertad.
Tu posición no da el perfil, y da que hablar,
Pero es que ya no eres de aquí cambiaste por necesidad.
Y estás tan roto, porque has abierto ya los ojos,
Pero demuestras el talento de unos pocos
Que no encajan, es algo hostil, pero cambiar,
Sería vender el alma y perder toda la ventaja en
Este:
Baile, que con su dulzura,
Nos ha robado los sentidos,
Que te corrompe y te susurra,
Que eres un lobo fugitivo.
Baile, que te devuelve la cordura, ves,
Te arropará si estás herido,
A condición de que le sirvas de rehén.
El animal, te tararea tanto el animal,
Que la cadena no le deja andar,
Y que golpees con tu cuerpo en el cristal
Te tararea tanto el animal,
Que te rebeles contra tu rival,
Y que recuerdes tu reflejo en el cristal.
El depredador que vive en ti, se va arriesgando con la edad.
Y tanto ardor, tanto sufrir, tanto aceptar, que solo queda combatir y hacerlo con habilidad.
El objetivo: mostrar tu lado primitivo,
Arrinconar la corrupción del asesino que nos caza, hasta morir, y pelear,
Aullándole a la luna, que se acerca la amenaza en este:
Baile, que con su dulzura,
Nos ha robado los sentidos,
Que te corrompe y te susurra,
Que eres un lobo fugitivo.
Baile, que te devuelve la cordura, ves,
Te arropará si estás herido,
A condición de que le sirvas de rehén.
El animal, te tararea tanto el animal,
Que la cadena no le deja andar,
Y que golpees con tu cuerpo en el cristal.
Te tararea tanto el animal,
Que te rebeles contra tu rival
Y que recuerdes tu reflejo en el cristal.
El animal, te tararea tanto el animal,
Que la cadena no le deja andar,
Y que golpees con tu cuerpo en el cristal.
Te tararea tanto el animal,
Que te rebeles contra tu rival
Y que recuerdes tu reflejo en el cristal.