Ay qué truene el viento y qué salte la tierra cuando te canto un bolero. Déjalo ahí que contigo me fui al mundo perdido de los juegos maliciosos. Encarrilao o deschavetao, ya no sé que es el norte y mucho menos claro sé lo mal que acierto. Desgárrame, quiéreme que de pronto mañana Dios nos daña.
Dame la fuerza y déjame en paz!
Silencio come dientes entierra pobres sombras de estrecha melodía, ayy canción sin fondo pero con consuelo.
Saltando en la cuerda floja me bebo la vida a pequeños sorbos.