Para hablar de algo que no hable de amor hay que pensar.
Para pensar que más puedo cantar, imaginar.
Si yo me imagino por ejemplo en un balcón, me pongo bien al frente todo el mar y el malecón. Eso imagino yo.
Si alguien me pide que le cante una canción pero que no hable de amor ni desolación, yo tranquila empiezo a imaginar, me voy con 10 sirenas al medio de la mar, y adentro del agua bebo hasta reventar y cuando no puedo ya ni hablar ni flotar me pido un delfín que me lleve hasta la orilla y cuando lleguemos que me abra una sombrilla, que me deje sola que tengo que imaginar que trago se viene y con quien voy a tomar.
No hablo del amor pero lo pienso yo, sentada frente al sol tomando un trago sola, viendo que formas nuevas van haciendo las olas. Dejándome escuchar el ruido de la mar, que canta esta canción. Eso imagino yo.
Si yo me imagino viajando por Nueva York, me siento en un bar y mientras me pido un ron, veo a Miles Davis, Woody Allen, Don Ramón, hago lo que quiero con lo que imagino yo. Eso imagino yo.
Ya no puedo volver, no se a donde fui, yo sólo me perdí pensando en otras cosas, no hablo del amor, no me regalan rosas, ya fui a otro lugar lleno de mariposas, ya no quiero volver de lo que imagine, ya algo me alquilé y no vuelvo a dormir, te lo quiero decir, te lo quiero advertir, sabelo esta noche, no vuelvo a dormir.
No hablo del amor pero lo pienso yo, sentada frente al sol tomando un trago sola, viendo que formas nuevas van haciendo las olas. Dejándome escuchar el ruido de la mar, que canta esta canción. Eso imagino yo.