Te siento respirar
lejos de tu lugar
hoy tuve un sueáo con vos,
qué locos éramos los dos
en los buenos tiempos.
Vos deseabas salir de tu eterno jardín
yo de mi tonto fulgor
cuando encontramos era el fin
Y la vida el motor.
La línea blanca se terminó
no hay seáales en tus ojos y estoy
llorando en el espejo lo puedo ver
a un hábil jugador
trascendental actor
en busca de aquél papel
que justifique con la acción
toda fantasía.
Que toca el saxofón
mientras su inspiración
baila tu forma de ser
que desintegra con la piel
una oscura prisión.