Garra que desgarra es este amor,
sueáo sin final el de los dos.
Duele, duele tanto tu partida,
cruel castigo de la vida, es este adiós.
El último beso, te suplico mi vida,
traspásame el alma, con tu beso querida.
Un beso de fuego que me queme los labios,
un beso que nunca, nunca pueda olvidarlo,
que viva en mi sangre, más allá de tu adiós.
El último beso, te suplico mi vida,
después, como nunca, abrázame fuerte
y adiós corazón.
Vuelvo a preguntar, una vez más,
quién mató este sueáo de los dos.
Lloras, yo también estoy llorando,
amor, llego el momento, del adiós.