El tango es un pensamiento triste
que hasta se puede bailar,
así te definió Discepolín,
y el mundo entero así te conoció.
Hoy te encuentro arrinconado
por las calles del olvido
masticando tu rencor.
El tango es un pensamiento triste
y yo he venido a decirte
que es mentira ese abandono,
seguís siendo, pese a todo,
el alma de Buenos Aires
y sos el rey como ayer.
Estás en Buenos Aires, querido tango,
perdido entre la gente buscando ubicación.
Estás en la belleza de todas tus mujeres
estás en cada barrio y estás en el malvón.
Estás en Buenos Aires, querido tango,
con luces de mercurio, eterno como el sol,
mentira tu fracaso, mentira que te has ido.
sin ti mi Buenos Aires no tiene corazón.