(segunda canción de la cantata la primavera muerta en el tejado.)
Devorando calles
Sucediendo escombros
Galopan miedosas
Manadas vestidas
De terror y asombro.
Todo hueco es aire
Toda vena es río
(un zapato duerme
Cual caballo muerto)
Cualquier bala es frío.
Se derrumba el árbol
Se desploma el muro
Ni la vieja cumbre
Ni el valle perdido
Son lugar seguro.
Calcinado el hueso
Amarrado el llanto
A oscuras el buitre
Sediento planeaba
Su festín de espanto.
Quemó las banderas
Mutiló las actas
Dio lumbre a las hachas
Que derrocan bosques
Briosas y compactas.
Pudo agriar el aáo
Vejar siglo y ruego
Pero es la conciencia
Combustible errante
Del secreto fuego.
Porque la conciencia
Vocea profunda
Su soporte antiguo
Que impide que el peso
Contrario nos hunda.
Porque la conciencia
Es manada brava
Que antes llevaría
La tierra a cenizas
Que la raza a esclava.