(Compuesta para el film cubano, Cantata de Chile, de Humberto Solás)
Por donde al árbol no anduvo nunca,
donde la piedra repta madura
y el horizonte represa arena,
donde el reposo es pirca de aluvia
y una leyenda vieja la lluvia
vienen estos zapatos.
Por donde el ave no comparece,
el sol verdugo prohíbe flores,
el río niega sus fiestas curvas,
el viento silba como ballesta
y el frío caza a los cazadores
resuenan estas voces.
Rostro de cuarzo, pierna de cacto,
ojo de escarcha, labio sonoro,
vibrante, dura, nutrida muerte,
mano caliente, pecho enlutado,
mujeres y hombres multiplicados
en el camino de la huelga.
¿Quién lavará esta sangre que desciende hasta Iquique
engalanada con su flor de sal?
¿Quién cuidará estos huesos cuando los abandonen
bajo la inmóvil fosa litoral?
¿Quién cerrará sus ojos
si son ajusticiados
y pondrá la memoria a recordar?
El que olvida prepara su futura derrota:
hay que aprender a recordar.