(Canción XI de El sueáo americano)
(canta Patricio Manns)
¿Quién me enseáó lo que canto?
¿Quién me enseáó? Yo no sé.
Pregúntaselo a la tierra
que ella te va a responder.
Lo que la tierra no enseáa
nadie lo puede aprender.
Ay, hermano que preguntas:
si alguien te enseáara a ver.
Así como al hombre pudren
entre barrotes y piedras,
el bello rostro del llano
con ciudades encarcelan.
Pero la tierra de pronto
revienta lo que la aprieta.
Ay, hermano emparedado:*
si en sismo te convirtieras.
Así también la colina
por arado es degollada,
y en vez de morir sangrando
sueáo y voz por la garganta,
de la herida que abrió el hierro
saltan los frutos que cantan.
Ay, hermano: si aprendieras
a cosechar lo que plantas.
Aprende lo que no sabes
del agua que te rodea:
por nubes corre en el cielo,
rueda en ríos por la tierra,
pero la mar en su seno
la junta y le da su fuerza.
Ay, hermano: abre tu pecho
para otra vez cuando bebas.
Humillados desde siglos
seguimos desentendiendo**
y nos pasamos la vida
separándonos con miedo
mientras la fuerza enemiga
se nutre de nuestro suelo.
Ay, hermano: si entendieras***
que solos nada valemos.
En la tierra americana****
sólo hay un muro que existe:
al norte hay un pueblo alegre
y al sur veinte pueblos tristes.
¿Qué miraste en esta vida,
mi hermano, que no lo viste?
Aprende a ganar como hombre
lo que nunca defendiste.
En la versión del disco Chants de la résistance populaire chilienne el texto presenta las siguientes modificaciones:
* Ay, hermano encarcelado
** vivimos desentendiendo
*** Ay, hermano: si aprendieras
**** En la patria americana