Era un día normal a todos,
Yo estaba ahí sentado sobre un alveolo
Y te acercaste tú, dulce compañera,
Tú aroma azúcar canela,
La verdad después ya no quería que te fueras
Y fue por eso que te oculte ahí entre mis grietas,
No tenía idea el gran año que le harías a mi vida,
Tú, asesina con tu artillería escondida.
Como una mancha blanca, sobre mi piel descalza,
El esmalte sin capas se quedó, por la dentina avanza,
No hice caso al dolor, se expandió al corazón,
Pulpitis Reversible resultó, yo sentía necrosado hasta el muñón.
Luego la solución la encontré en el alcohol,
Cloroexidina y cerveza salina, suero y algodón.
Tuve que lastimar a un sueco gingival,
No controle mis ganas de matar, tú me dejaste mal,
Pensé que endodonciarme sería el final.
Ahora llegaste a mi vida,
Dándome fuerza, dándome saliva,
Te convertiste en mi guía,
Mi antagonista, mi lidocaína.
Hoy me he rehabilitado, tenía disto-mesio-oclusal dañado,
Tu presencia me ha marcado, pero la oclusión ha mejorado,
La sonrisa me busca para presentarme ante la gente,
La lengua ya no se incomoda al verme,
Hoy me siento muy útil ya mi cúspide una fosa ha encontrado
Y del otro lado me han felicitado.
Ahora llegaste a mi vida, dándome fuerza, dándome saliva,
Te convertiste en mi guía, mi antagonista, mi lidocaína.
En un espejo veía, como el color a mi cuerpo volvía,
Mi fresa de poesía, mi compañera, brillo y armonía.
Ahora llegaste a mi vida, oclusión céntrica y antología,
La simetría en mis días, mi antagonista y mi lidocaína.