Amanece y otra vez la misma historia de enfrentarme a los abismos y empezar a respirar
De que el agua se haga cargo de las sombras del insomnio de la noche, de ensayar la soledad
Otra vez medir el peso de los sueños, decidir si éste camino o el que dejamos atrás
Se hizo duro estar de pie todo este tiempo y hay momentos en que pierdo el sentido del andar
Allá afuera el egoísmo en la palabra, el juego de quién se salva, el estar sin existir
Allá afuera es el naufragio de los pasos que se esquivan al cansancio, hasta ahogarse sin sentir
Es difícil construir siquiera un puente cuando nadie abre una orilla, nadie se quiere arriesgar
Imposible continente hecho de islas, sin canoas ni valientes que se animen a nadar
Tan seguros en nuestro metro cuadrado vigilamos las fronteras, que nadie pueda cruzar
El temor a despertar del otro lado, descubrir otro paisaje y no querer regresar
¿Y qué pasa si empezamos a mirarnos, a sentir en otras manos, compartir la libertad?
¿Y qué pasa si olvidamos nuestros miedos, cuando el abrazo es sincero nos dejamos transitar?