En las sombras de la noche
Se escondía su verdad
Con una sonrisa torva
Acechaba la ciudad
Sus manos teñidas en rojo
Historias de terror contaban
Creía que al final del camino
Sólo la oscuridad lo aguardaba
Caminaba sin temor al destino
Pensaba que el infierno no existía
Pero en su último respiro
Descubrió la amarga ironía
Cada víctima un susurro
En la vasta eternidad
Nunca sintió remordimiento
Ni un gramo de piedad
En su mente, una convicción
Que el juicio era una farsa
Al cerrar sus ojos por última vez
Creyó que nada pasaba
Caminaba sin temor al destino
Pensaba que el infierno no existía
Pero en su último respiro
Descubrió la amarga ironía
Cada víctima un susurro
En la vasta eternidad
Nunca sintió remordimiento
Ni un gramo de piedad
En su mente, una convicción
Que el juicio era una farsa
Al cerrar sus ojos por última vez
Creyó que nada pasaba
Caminaba sin temor al destino
Pensaba que el infierno no existía
Pero en su último respiro
Descubrió la amarga ironía
Miró a su alrededor
Sin escape, sin salvación
Las llamas del infierno
Eran su condenación
Ya no había risas
Solo dolor y sufrimiento
Entendió en ese momento
Que su vida fue un tormento
Caminaba sin temor al destino
Pensaba que el infierno no existía
Pero en su último respiro
Descubrió la amarga ironía
Ahora en las llamas, perdido
Sin esperanza, sin razón
Pagando por cada grito
Por cada vida, por cada ilusión
El infierno es real, susurra el viento
Y en sus profundidades el ahora vive
El asesino encontró su tormento
Una eternidad que nunca se esperó
En las sombras de la noche
Se escondía su verdad
Con una sonrisa torva
Acechaba la ciudad
Sus manos teñidas en rojo
Historias de terror contaban
Creía que al final del camino
Sólo la oscuridad lo aguardaba
Caminaba sin temor al destino
Pensaba que el infierno no existía
Pero en su último respiro
Descubrió la amarga ironía
Cada víctima un susurro
En la vasta eternidad
Nunca sintió remordimiento
Ni un gramo de piedad
En su mente, una convicción
Que el juicio era una farsa
Al cerrar sus ojos por última vez
Creyó que nada pasaba
Caminaba sin temor al destino
Pensaba que el infierno no existía
Pero en su último respiro
Descubrió la amarga ironía
La oscuridad lo envolvió
Un vacío eterno lo tragó
Gritos y llantos resonaron
Su alma por fin se quebró
Ya no había risas
Solo dolor y sufrimiento
Entendió en ese momento
Que su vida fue un tormento
Caminaba sin temor al destino
Pensaba que el infierno no existía
Pero en su último respiro
Descubrió la amarga ironía
Ahora en las llamas, perdido
Sin esperanza, sin razón
Pagando por cada grito
Por cada vida, por cada ilusión
El infierno es real, susurra el viento
Y en sus profundidades
El asesino encontró su tormento
Una eternidad que no esperaba