De qué callada manera
se me adentra usted sonriendo
como si fuera la primavera,
yo muriendo.
Y de qué modo sutil
me derramó en la camisa
todas las flores de abril.
¿Quién le dijo que yo era
risa siempre, nunca llanto?
Como si fuera la primavera,
¡no soy tanto!
En cambio, qué espiritual
que usted me brinde una rosa
de su rosal principal.
De qué callada manera
se me adentra usted sonriendo
como si fuera la primavera,
yo muriendo,
yo muriendo.
Contributed by Joaquín Moya
Feb-97