Arde qué difícil y a la vez qué fácil se disuelven en el tiempo las caricias que esperaste las palabras que se te quedaron entre el pensamiento y los labios deseando salir ay, qué largo aquel breve instante en que tus plumas caían sobre lava y no era nadie si acaso vapores ni siquiera táctil tan vacío como nadie tan ligero como el aire qué difícil y a la vez que fácil arde, para no volver arde, para no volver arde ay que lejos por estar tan cerca al otro lado de la cuerda sólo con tirar ya sale ese gesto que un día atrapado olvidaste y encerrado sólo con el tiempo arde qué difícil y a la vez qué fácil arde, para no volver arde, para no saber arde, para no quererte ver qué difícil y a la vez qué fácil se disuelven en el tiempo las caricias que esperaste las palabras que nunca escuchaste siguen en alguna parte entre quien quiso y no dijo y quien escuchó y no quiso atender