Me cambié la sangre a mi amá le gustó
Gritando con aire despertó y se enojó
Jugué en tu casa de las cinco a las dos
Me entretuve entre once y fracción
Llegó tu padre no le gustó lo que vio
No le gustó lo que vio
Amarrada su hija amando a ese hombre que soy yo
Tu padre blanco con mi fe se derrumbó
Al suelo frío perteneces y te hará
Carne fácil de colgar y olvidar
Olvidar
La sangre en el cuerpo es dura de limpiar
La sangre en mi mente es dura de borrar
Ahora bien mi amante no pensaba renunciar
Con ojos grandes habló de piedad y libertad
La vi de reojo cuando estaba por soltar
Lo más bello en su alma
Ahora no puedes abandonar
Con su alma en silencio la enterré en el jardín
Cubierta de flores la dejé en el rincón
Desde donde nunca ella debió salir
Desde donde nunca ella debió salir
Salir, salir, salir