Me pagaste con penas todo el amor que te entregué. Y hoy esa es tu condena porque jugaste con mi querer. Es que no hay penitencia cuando al amor se le es infiel. Hoy te ocurre lo mismo y al que las hace le ha de volver. Ni que estés de rodilla suplicando regresaré. Pues entiendo, el que las hace una vez lo vuelve a hacer. Y ahora me pides amor, amor, amor. Yo ya no quiero desilusión, amor. Si quieres vete con él porque tú eres mujer infiel.