(Cueca)
Una vieja rezando
en la novena
al sentir el armonio, vidita,
gritó primera.
Gritó primera sí
con tantas ganas
pelaron los paáuelos, vidita,
y se armó la farra.
Se armó una farra de esas
que no se empardan
bailemos dijo el cura
hasta que las velas no ardan
me gusta el oro en pepa vidita
viva la cueca.
En lo mejor del baile
se abrió la puerta
y el sacristán entraba, vidita,
y haciendo zetas
Viva el vino! gritaba
siga el bailongo!
que mientras ellos bailan, vidita,
yo me lo tomo.
Y así se acaba el cuento
y así la cueca
bailada por el cura, vidita,
y aquella vieja.
Me gusta el oro en pepa vidita,
viva la cueca.