Noche espesa la de anoche y van cuarenta y tres. No me gana nadie en esto de perder y perder. Pierdo maáas, pierdo el pelo, pierdo al metegol, solo frente al arco me enredé de nuevo los pies. Por eso... No me despaches así. No me despaches así. Hace cuatro vidas que no soy lo que seré y tengo una oferta del diablo por las próximas tres. Juro lo injurable cuando el vino se acabó. Viajo de colado en el furgón de mi última fe. Por eso... No me despaches así. No me despaches así. Hoy que no queda un gramo de piedad, hoy que nos chumba la soledad, llevame al arrabal de tus caderas que estoy tan flaco de rodar y rodar y rodar... No me despaches así. No me despaches así.