Paseando por Temperley. Volví a ver a mi muchacha, tenía oro en su piel. No lo podía creer. De cerca yo la seguía cuando ella entraba en la discotheque. Sentía que sus caderas no las podía ya contener. Bailaba y yo la miraba desde la barra con timidez. Cambiaba ya de pareja por quinta vez. Por qué no me animo con vos a bailar. Reina misteriosa dame un tema más. Bailando contigo estaré hasta el final. Reina misteriosa bailas al compás. Pasaste cerca de mí se te escapó una sonrisa. Tu boca dijo que sí no me podía resistir. Si hubieran visto su cara cuando de pronto yo la besé. Seguro que en ese instante me empezarían a comprender. Moviéndose seductora y con la mirada fija hacia mí. Me acerque bien al oido y le dije así: Por qué no me animo con vos a bailar. Reina misteriosa dame un tema más. Bailando contigo estaré hasta el final. Reina misteriosa bailas al compás.