La noche está en silencio como el piano, las luces como lágrimas de sal. Me duele el corazón y la sonrisa, me duele el pecho de tanto fumar. Ya sé que vos andás con ganas de irte, y que es muy tarde para conversar. Que ya te he enloquecido con mis penas, y que maáana vas a trabajar. Pero, quedáte por favor un rato más, contáme por lo menos algún chiste. No me dejes rodeado de fantasmas, que esta noche tengo el vino triste. La soledad es mala para el hombre, y es mala también para la mujer. Se llena la cabeza de pavadas, y uno las termina por creer. Entre las nubes de mi entendimiento, no veo pero alcanzo a comprender, que sobrevivo por tu compaáía, y sin tu compaáía no lo sé. Por eso quedáte por favor un rato más, contáme por lo menos otro chiste. No me dejes rodeado de fantasmas, que esta noche tengo el vino triste.