Tendrá 23 La belleza que en el metro me encontré Fue tal la obsesión que por ella me olvidé hasta de mi andén. Un roce y perdón Fue la excusa para abrir conversación, Y si algo noté Fue la pena de esos ojos que eran miel Y lé pregunté Que te pasa dime solo si estás bien. Ella contestó no habrá cielo que me aguante si en el suelo a mi me mata el hambre. Ella dice que se llama pena De apellido la condena Que le dieron por desgracia Que mas da Yolanda que Azucena Si no hay nadie que la quiera Pena para su desgracia. ¿Que quieres de mi?, preguntó con el descaro de vivir, llevarte a cenar y después de darte el postre Dios dirá Y Dios nos llevó con Champán al fuego de mi habitación a darnos la piel con invitación al baile del placer. Y luego se fue antes de que se dignara a amanecer, y todo acabó ella no dejó ni un rastro y no la he vuelto a ver.