Ananda, ¿quién decide que yo deba acompañarte
No retengas a quien se aleja de ti
No retengas a quien se aleja de ti
Mira aquellos comerciantes abstraídos
Es el repiqueteo de las monedas lo que les aleja
Lo que les posee
Ellas marcan su existencia
Es otra más de las muchas ilusiones
Son viajeros, errantes
Ananda, embarquémonos y sin ser vistos
Despleguemos el velamen
Surquemos los siete o los setenta océanos posibles
Nuestra locura conducida por los vientos
Ananda, no retengas a quien se aleja de ti
El fin de esta eternidad no nos presenta juntos
Ni a ti ni a mí
Es otra más de las muchas ilusiones
Son viajeros, errantes
Ananda, no deseo ya fundirme en la luz que tu belleza emana
Tu sensualidad casta se apoderó de mí pero ahora debo de partir
Ahora debo de partir
Ahora debo de formar una legión de sabios
Cristianos, ex-legionarios o supervivientes de alguna catástrofe psicodélica
Debo de partir y perderme en lo absoluto