Cuando la tarde muriendo va
avanzas por el camino
en tu mulita serrana
mi divina paisana
que al pasar conocí.
Jamás he visto mujer igual
de hermosa boca encendida
y sos amor de mi vida
desde que te dije así:
Paisanita, morochita
mi florcita de alelí,
¿quién te puso en el camino
que tras tuyo he de seguir?
¿Es acaso la mirada
de tus ojos o es tu voz?
que me atrae, que me domina,
que me vence... ¡y tuyo soy!...
Yo fui rebelde para el amor
y en mi vagar errabundo
libé en la flor de mil bocas
y he saciado en mi copa
ésta sed de querer.
Y se detuvo mi paso al fin
frente a tu imagen querida
y fuiste amor de mi vida
desde que te dije así:
Paisanita, morochita
mi florcita de alelí,
¿quién te puso en el camino
que tras tuyo he de seguir?
¿Es acaso la mirada
de tus ojos o es tu voz?
que me atrae, que me domina,
que me vence... ¡y tuyo soy!...