Ya se murió el burro de la tía "Vinagre", ya se lo llevó Dios de esta vida miserable. Que tururururú, que tururururú, que tururururú, que tururururú. Él era valiente, él era mohíno, él era el alivio de todos los vecinos. Ya estiró la pata, ya cerró el hocico y con el rabo dijo: "adiós, adiós. Perico". Todos los vecinos fueron al entierro y la tía María tocaba el cencerro.