Hacia Roma caminan dos peregrinos, a que los case el Papa porque son primos. Lleva la peregrina sombrero negro y el peregrino de terciopelo. Al pasar por el arroyo de la Victoria tropezó la madrina, cayó la novia. Han llegado a Palacio, suben arriba, y en la sala del Papa los examinan. Ha preguntado el Papa que qué edad tienen, ella dice que quince y él, dieciesiete. Ha preguntado el Papa de dónde eran, ella dice: -De Cabra. Y él: -De Antequera. Ha preguntado el Papa que si han pecado. -Al pasar el arroyo le di un abrazo. Las campanas de Roma ya repicaron, porque los peregrinos ya se casaron.