Hoy he vuelto a llorar, pienso en ti una vez más. Tú, que diste todo tu amor, dime quién es el Dios que de ti me separó. ¡Cuántas veces lo pensé! Has llamado otra vez a mi puerta y puedo abrazarte y ser tan feliz! ¿Qué podría dar por ti? Tú te fuiste así, no me despedí y ahora siento un vacío en mi interior. Déjame repetir que yo sigo buscando en cada ocasión el amor que tú supiste dar y yo lamento lo que hubo de pasar. ¿Quién es él para abusar? Te marchabas, huyendo de su piel, pero, inocente tú, volvías junto a él. Puedo imaginar que mejor estás porque pienso que descansas junto a Dios. Mas dame una señal que me dé fuerzas para esperar, saber que con el tiempo yo te volveré a ver y descubriré que nunca de ti el Dios me separó. No perderé jamás esta esperanza que a mí me dará la fuerza para vivir pensando sólo en ti.