Convídame un poquito de tu alma que desespero; el fuego arde nena; pura hiena hervida; duro roble; néctar dulce; olor a sirena. Cuanto falta tanto se hace rogar finas manos ya tiene dueño esas caricias son puro sueño lanza el tiro de gracia sin anzuelo. Despierto pero bien dormido convidado de piedra en este duelo jardín de flores, mi princesa alfombra roja para tantas promesas. Blanca y de andar elegante fue imagen a cualquier precio paga por amor perdido corazón herido para siempre.