Tengo un dolor en el alma, una herida profunda, que no se, como sanar. Te odio, por tus mentiras, te odio, por tus engaños. Pero te amo, profundamente. Tengo un dilema, te santifico y te perdono de una vez. Y olvido todo lo que me hicistes sufrir. O crucifico en la cruz, de un no volver. El dulce amor, que yo guardaba para tí. Es mi dilema, del amor, es mi dilema. Te santifico con mis besos o te crucifico con mi adios. Es mi dilema. Si me vuelves a engañar, te crucifico, pero si me amas de verdad, te santifico. Si me vuelves a engañar. Te santifico con mis besos o te crucifico con mi adios. Es mi dilema. Si me vuelves a engañar, te crucifico, pero si me amas de verdad, te santifico. Si me vuelves a engañar, te crucifico, pero si me amas de verdad, te santifico. Con los pies sobre la tierra Con los pies sobre la tierra, 1998-1999 Cuando estoy contigo, todo sale bien. Y en mi buena suerte, he vuelto a creer. Y aunque no lo entiendas, tengo que admitir, desde el primer día, solo pienso en tí. Yo te doy mi corazón, para que tu me lo tengas, es muy frágil cuidalo, y no lo pierdas. Yo jamás te pediré la luna, solo eres un hombre, y no tienes que alcanzar una estrella, te quemarías con ella. Simplemente quiereme, tan fácil como es, con todo el sentimiento y con los pies, sobre la tierra, mientras yo por siempre y para siempre, yo te amaré. (Se repite desde la segunda estrofa)