Esa banda inconsolable de perros sin folleto, brujas de alma sencilla, patéticos viajantes. Pobres tontos, pobres diablos, lunáticos diamantes prometidos de carne, lánguidos, impalpables son mis amantes... Llegan buenas nuevas de los escondidos, de los convalescientes para los sonados. Mi aliento ya no espera (no hay fiera en mi colmillo) pero devoro, herido el espacio y el brillo de mis amantes. Alguna recaída (un poco de hipo brusco) para los fugitivos marcados a fuego y alguno que otro hechizo (todo muy sencillo) si nada te conmueve ni los tiroteos de mis amantes...