Me contaron que volviste a vivir de nuevo al barrio a la casa que tus abuelos te dejaron de regalo hace tiempo allí viviste, y de grande te marchaste y vienes con un marido y un hijo de tres años. El tiene el mismo tiempo que cuando tu te fuiste y no me puedes ocultar que es mío y me lo mentiste. Pero quédate tranquila, que no te molestaré sigue haciéndole creer a ese tonto que es de él. Pero quédate tranquila, hoy a mí me toca marchar te paré para decirte que estas linda como ayer y que aún te estaba esperando, pero bueno, chau.