Cuando bajó de ese vagón la gente lo miró, llevaba una guitarra y un viejo y largo sacón. Caminó y caminó y alguien le preguntó: ¿que lo trae por aquí? el hombre nunca contestó. Hubo un gran silencio en la vieja estación, debido al personaje y su rara aparición. Después de un largo rato en voz baja murmuró: soy el Dr. Jane y les traigo un poco de rock. Les traigo un poco de rock. Les traigo un poco de rock. Con un trago en la mano su dulce adicción, la ideología fina que ese hombre se llevó. No quería luces raras ni un grande telón, se lucía por su fama de tocar el rocanrol. La gente lo miraba, que vida se eligió sus notas musicales rompían su corazón. Después de un largo rato en voz baja murmuró: soy el Dr. Jane y les traigo un poco de rock. Les traigo un poco de rock. Les traigo un poco de rock.