En tu espalda diez yemas de dedos color marfil se clavan sin lastimar. Hay una parte de mí que se va a morir y luego a resucitar. Hay una huída de sombras rumbo al balcón entre el humo marroquí. El cielorraso es el tope del corazón cuando tu estás sobre mí. Cientos de miles de lenguas de fuego, son las que abren las puertas del corazón de par en par de par en par Por la ventana entreabierta que da al balcón vino la luna a mirar. Hay un desorden de ropa en el suelo en la habitación como un paisaje lunar. Cruza el cuarto al galope el viento del frenesí que nos despeina a los dos. Mi boca empieza una frase que no elegí pero se queda sin voz. Brilla una lengua de fuego en la oscuridad se abren las puertas del cielo de par en par de par en par de par en par