Ana, qué no daría yo por ver un día tu ropa en un rincón de mi guarida formando un banderín multicolor, junto al atuendo de este servidor. Por verte, Ana, tocar mi corazón, yo cambiaría de esta misma canción la melodía por complacerte, Ana. Entro en tu cauce y suelto el timón, me dejo ir río abajo, rumbo a tu corazón. Ana, por qué rendija entró tu primavera, que luna habrá la noche que me quieras brillando en la ventana. Entro en tu cauce y suelto el timón, me dejo ir río abajo, rumbo a tu corazón