Es inútil no vale la pena, en invierno el Sol no calienta sino que se congela, cae cada trozo sobre mi y me raja el alma, que a gritos mudos se queja, toneladas de tristeza en mi mochila de cemento y mi cabeza, que no para de pensarte y como pesas, Si no quieres escuchar caminate, si no me quieres mirar pisame, aun puedo ser la acera donde tus perros juegan aprovéchate. Como una limosna me entregas, instantez de tu presencia que me arranca mi sonrisa a ciegas, topos en tu indiferencia que me mata dentro, y esos ojos ya no se tropiezan ni tiemblan cuando estoy cerca no, ahora bostezan y se van no importa donde, Si no quieres escuchar caminate, si no me quieres mirar pisame, aun puedo ser la perra que en tu olvido cojea, aprovéchate. Aquí me ves quemando margaritas a tus pies, con la lengua ardiendo y mi alma a la sombra de un ciprés, y tu con tu boca en cualquier bar de copas, regalando besos perdiendo la ropa, no ves mi derrota, mira no ves mi derrota. Tu cariño sale ya sin fuerza, como el cava en la botella que lleva una vida abierta, y patéticos lo intentan no juegues no mientas, nunca vi una mirada tan hueca, tan vacía de ganas, tan lejos cuanto mas te acercas, y aun te ríes cuando echas sal en mi tristeza, hoy la vida te dará lo que me das, desde el barro quizás me recordaras, y te veras buceando en tus podridos charcos, y allí te ahogaras. Aquí me ves quemando margaritas a tus pies, con la lengua ardiendo y mi alma a la sombra de un ciprés, y tu con tu boca en cualquier bar de copas, regalando besos perdiendo la ropa, no ves mi derrota, duelen las penas, duelen las penas, me mata el veneno de esa viuda negra, duelen las penas, duelen las penas, y me esta matando esa mujer. Aquí me ves quemando margaritas a tus pies, con la lengua ardiendo, y mi alma a la sombra de un ciprés, y tu con tu boca en cualquier bar de copas, regalando besos perdiendo la ropa, no ves mi derrota, idiota no ves mi derrota, idiota