De mi tierra bella, de mi tierra santa, oigo ese grito de los tambores y los timbales al cumbanchar. Y ese pregón que canta un hermano, que de su tierra vive lejano y que el recuerdo le hace llorar. Una canción que vive entonando de su dolor, de su propio llanto, y se le escucha penar. La tierra te duele, la tierra te da en medio del alma cuando tú no estás. La tierra te empuja de raíz y cal. La tierra suspira si no te ve más. La tierra donde naciste no la puedes olvidar, porque tiene tus raíces y lo que dejas atrás. La tierra te duele, la tierra te da en medio del alma cuando tú no estás. Siguen los pregones, la melancolía. Y cada noche junto a la luna sigue el guajiro entonando el son. Y cada calle que va a mi pueblo, tiene un quejido, tiene un lamento, tiene nostalgia como su voz. Y esa canción que sigue entonando, corre en la sangre y sigue llegando con más fuerza al corazón. La tierra te duele, la tierra te da en medio del alma cuando tú no estás. La tierra te empuja de raíz y cal. La tierra suspira si no te ve más.