Dos mayates caminaban acarreando sus tenates para ir a merendar a los arriates que quedan al fin del jardín donde pega calientito el sol. Dos mayates, despacito y arrastrando sus tenates, para ir a merendar a los arriates que quedan al fin del jardín donde pega calientito el sol. Mas uno es cojo y el otro también. Eso no importa, se quieren muy bien. Van abrazados, tardando en llegar, ¡pero podrán llegar! Dos mayates caminaban acarreando sus tenates para ir a merendar a los arriates que quedan al fin del jardín donde pega calientito el sol.