La casa blanca de techo rojo un árbol verde, el cielo azul y remolinos color de ocre con los que juega el viento sur. Bajo la sombra dulces violetas y de amarillo todo el trigal allá a lo lejos el río de plata es un camino que va hacia el mar. Si no fuera por tanto color qué haría el pobre pintor Si no fuera por tanto matiz ¡nunca sería ya feliz! En la casita de la acuarela no se quién vive, ni lo sabré nunca se asoma esa persona ¡mas muy dichosa que debe ser!