Cuantas veces creí encontrarte, agazapada, junto a mi razón
Eras tan clara, tan evidente, a mis ojos de papel
Y una noche fuiste a buscarme con la revolución
Y otra noche me cantaste una canción
Miramos el mar juntos
Me enseñaste el valor de la soledad
Fuiste lápiz en los labios de cualquier mujer
De porcelana, de piedra y sin sed
Me llevaste a navegar por la imaginación
Por los paisajes de mi interior
Y una noche fuiste a buscarme repleta de palabras
Y otra noche me rompiste el corazón
Pariste a mis hijos, jugaste conmigo
Me diste las marcas del amor
Me dijiste al oído, yo no te escuché...la libertad