Lobos sedientos de amor, ciegos buscando un Dios, alguien que les muestre la voz, y que les de calor. Pliegos de la piel del animal, que mastican tu alma y van apagando el fuego azul de tu eternidad y aunque no los ves, ahi estan. Yo vi su amor, yo vi el dolor, y sneti una extraáa calma, bese la cruz, segui a mi luz, y hoy estoy en armas.