No consigo estar acá sin mirar las paredes ayer de casualidad aprendí a nacer vi los campos al sangrar, los cubrian espejos, pronto comencé a sentir lluvias de libertad. Turbulencias en el mar, rayos y remolinos la conciencia puede mas, mas que todo el dolor si pudieramos decirnos todo lo que pensamos, no haría falta el domador y las jaulas tampoco. Encerrarnos pueden ya y cocernos la boca, se hace duro el corazón, tantos aáos acá, prisioneros del hambre, nuestras armas no callan, prisionero es el que teme a su pueblo mirar. Ya no serán esclavos quienes pueda encontrar una ciudad sin jaulas, otra oportunidad.