Cuando la vida te pone espinas al andar,
Tú solo puedes pisar fuerte, hasta que la carne grite y muera de sufrimiento.
Y cuando esté podrida y sientas un vacío frío, desesperanzador
Un sentimiento de tranquilidad aparecerá
Y la infancia, que ya se ha ido, te dará calor.
Y te levantarás y pelearás y volverás a su mirada... su mirada...
A la mirada de tu hijo. Y pensarás, porqué la vida te pone espinas al andar.
Y esas espinas yo las cojo con mis manos y me las trago.