AY DE MÍ SI NO EVANGELIZO
Resuena tu voz, como una campana,
Y mi corazón se enciende y se agita sin parar;
Y empiezo a gritar
Que iré por el mundo, sin cesar,
Hablando de Cristo.
AY DE MÍ SEÑOR, AY DE MÍ SEÑOR,
AY DE MÍ SEÑOR SI NO EVANGELIZO.
AY DE MÍ SEÑOR, AY DE MÍ SEÑOR,
AY DE MÍ SEÑOR SI NO EVANGELIZO.
AY DE MÍ SEÑOR, AY DE MÍ SEÑOR,
AY DE MÍ SEÑOR SI NO EVANGELIZO.
AY DE MÍ SEÑOR, AY DE MÍ SEÑOR,
AY DE MÍ SEÑOR SI NO EVANGELIZO.
Los pueblos están sedientos de Cristo,
Cómo van a saber?
Si no hay quién les hable de Jesús,
Si falta una luz,
Toma ya el camino si eres tú
Heraldo de Cristo.
Señor, aquí estoy, como Pablo de Tarso,
Ayúdame a ser
Un fiel mensajero de tu amor,
De tu salvación;
Y que nadie me aleje de tu amor
En este camino.