Se peinaba a lo Garçon
El viajero que quiso enseñarme a besar en la Gare d'Austerlitz
Primavera de un amor
Amarillo y fugaz como el sol del veranillo de San Martín.
Hay quien dice que fui yo el primero en olvidar
Cuando en un si bemol de Jacques Brel me perdí Dans le port d´Amsterdam.
En la fatua Nueva York
Da más sombra que los limoneros la estatua de la libertad
Pero en Desolation Row
Las sirenas de los petroleros no dejan reír ni llorar.
Y en el coro de Babel desafina un español
No hay más ley que la ley del tesoro en las minas del rey Salomón.
Y desafiando el oleaje sin timón ni timonel
Por mis sueños va, ligero de equipaje, sobre un cascarón de nuez, mi corazón de viaje
Luciendo los tatuajes de un pasado bucanero
De un velero al abordaje, de un no... de un no te quiero querer.
Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar
Al país donde los sabios se retiran del agravio de buscar labios que sacan de quicio
Mentiras que ganan juicios tan sumarios que envilecen
El cristal de los acuarios de los peces de ciudad
Que perdieron las agallas en un banco de Morrallas en una playa sin mar.
El Dorado era un champú
La virtud, unos brazos en cruz y el pecado una página web
En Comala comprendí
Que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver.
Cuando en vuelo regular yo pisé el cielo de Madrid
Me esperaban dos pies en el suelo que no se acordaban de mí.
Y desafiando el oleaje sin timón ni timonel
Por mis sueños va, ligero de equipaje, sobre un cascarón de nuez, mi corazón de viaje
Luciendo los tatuajes de un pasado bucanero
De un velero al abordaje, de un no... de un no te quiero querer.
Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar
Al país donde los sabios se retiran del agravio de buscar labios que sacan de quicio
Mentiras que ganan juicios tan sumarios que envilecen
El cristal de los acuarios de los peces de ciudad
Que mordieron el anzuelo, que bucean al ras del suelo, que nadan por no llorar.