Tu nombre estaba en todas las
agendas de la gente "in".
El teléfono en tu casa no
paraba de hacer ring, ring, ring.
No había cóctel, party, cena, estreno,
en que faltaras tú;
por las noches en Bocaccio,
y al Gijón para el vermut.
Lástima que ahora, cuenado llaman a tu puerta, ves
al casero que te pide por octava vez el alquiler.
El mercader de sueáos ya murió.
El príncipe azul era un impostor.
El último amante se largó,
y el siguiente no, nena, no,
no voy a ser yo.
Ahora que todo se derrumba, ahora que se acerca el fin,
déjate de valium, no imites a Marilyn.
Puede que haya algo aún que tu puedas hacer.
Esto es un supermercado ¿qué tienes para vender?
Tendrás que decir sí a ofertas que dijiste no.
Son tiempos de rebajas, siempre habrá algún comprador.
El mercader de sueáos ya murió.
El príncipe azul era un impostor.
El último amante se largó,
y el siguiente no, nena, no,
no voy a ser yo.
Déjate de rollos, anda, reina, muévete,
sal corriendo si no quieres perder también ese tren.
El mercader de sueáos ya murió.
El príncipe azul era un impostor.
El último amante se largó,
y el siguiente no, nena, no,
no voy a ser yo.