Veo mil gorriones alejándose de aquí
y cientos de gaviotas abandonado Madrid,
y ya nadie distingue
si las manchas de mi ropa son de sangre o de carmín;
nadie de aquí.
Y yo buscándote a ti.
Veo nubes de humo devorando la ciudad,
veo las manchas de alquitrán que nos trae la marea del mar,
veo a un niáo de apenas cinco aáos: cruza en rojo sin mirar
y a todos nos da igual,
nadie va a parar.
Y yo buscándote a ti.
Y yo buscándote a ti.
Y yo buscándote.
Los poetas se nos mueren, pero el capital
ya se encarga de mantener ignorante al personal.
Y no lejos de tu casa alguien se muere de frío,
otros mueren de dos tiros
no lejos de aquí.
Y yo buscándote a ti.
Y sales a la calle y ves que aquí algo no marcha,
que unos pocos se enriquecen mientras el resto trabaja.
Y ya nadie distingue
si las manchas de mi ropa son de sangre o de carmín;
nadie de aquí.
Y yo buscándote a ti.
Y yo buscándote a ti.
Y yo buscándote.