En las copas que enturbia la vida
consejos amargos tu labio bebió,
y en el teatro de todos los días
payaso de sombra tu mueca pintó.
Tras el turbio color de tus ojos
se crispan rencores de amor y fracaso
y el destino que empuja tus pasos
te borra las sendas del bien y del mal.
¡Dale! ¡Dale! ¡Dale!
en tu afán sin ton ni son,
que en el vaivén de los males
se engaáará tu rencor!
Rencor de pruebas fatales
que aguantó tu corazón...
¡Dale! ¡Dale! ¡Dale!
en tu afán sin ton ni son!
Te descubro detrás de cien caras,
tu drama no es tuyo, ni es nuevo tu rol.
Sos la vieja macchietta lograda
con muchos fracasos de ensueáos y amor.
Sos el viejo muáeco con alma
que cruza las horas sin sol y sin suerte
y que espera la paz de la muerte
buscando el alivio sin luz de un rincón.