Tengo anteojos para ver y otros para que no me vean.
Si llevo las de perder es porque ganar, gana cualquiera.
Si el cielo puede esperar, por qué hay tanta gente apurada
El ruido de la ciudad me hace valorar el silencio en la sala.
No hay un rival que disfrute enfrentarte
Porque tu revolución es por amor al arte.
Una historia de ascensor, que al principio sólo sube.
Después para recordar, tuve que buscar memoria en la nube.
Fuiste el motor, mi color, mi bandera.
El tren pasó y no espera.