Estaba cegado y con una espada, yo quise sacarte de adentro de mi. Nada más crudo fue el desengaáo de verte riendo delante de mi. Pero ahora se que esta vez me tocó perder y son tus labios tan afilados que me desgarra más, mucho más. Estaba tirado en la tina de baáo, pidiendo que alguien me hablara de vos. Nada más crudo fue levantarme y ver que mi cama no era para dos