Cuenta la leyenda que desde que estaba morro se colgó el rifle en el hombro y no era un niño como todos A él le gustaba el refuego caminar entre el escombro
No tenía ni 15 y ya sabía detonar cualquier tipo de proyectil y esque traía buena escuela
Fue graduado en Sinaloa su padre fue su maestro
Al tiempo le cambiaron las cosas conoció a fina persona era un señor de botas blancas
Dicen que al principio sonreía al mirar aquel morrillo y el calibre que portaba
Supo cómo ganar su confianza Porque fue un chavalon de palabra Jefe de seguridad pa'l viejo Gonzalito se llamaba
Pasaron los años y empezaron las hazañas topones contra el gobierno fue el infierno de contrarios
Puso a temblar punta vista por allá por cuernavaca
Fue mano derecha de don
Arturo Beltrán también autor intelectual, participó en varios eventos
Se agarró con federales y el tostón lleno de sangre
Casi siempre andaba acompañado con el señor por un lado y por el otro a los charritos
Claro está que se fue respondiendo y prefirió perder la vida que estar dentro del presidio
La muerte llegó sin previo aviso ya sin vida y tendido en el piso
El gobierno pudo descansar del terror que causó Chalito