Había tenido la extensión
La oración
Su crespón
Denso y gris por los llanos,
Y allá en la estancia de El Cardal
Resonó
El gritar
De un montón de paisanos.
Es que en la noche tan animada
El fin de la trilla se festejaba
Y algunos viejos se referían
Sus alegrías
Junto al fogón.
Hoy, entre los criollos muy cantores,
Midieron su talento dos bravos payadores
Y en la canción de amores, que era un ruego,
Brotaba todo el fuego del alma del cantor.
Y los zorzales melodiosos
Volcaron afanosos
Su inspiración ardiente
Si pareció que hablara hasta el cordaje
Con el lenguaje
Del corazón.
Y el paisanaje sin poder
Contener
La emoción
De placer que gozaron,
En delirio fraternal
Con fervor
Sin igual
A los dos abrazaron
Y las guitarras, después, las mozas
Las adornaron con moños de rosas,
Y en tanto al campo lo despertaban
Las pinceladas
Del arrebol.